El trastorno de oposición desafiante es un trastorno de conducta disruptiva.

Se trata de conductas desafiantes, negativas y desobedientes, especialmente frente a figuras de autoridad. Estas conductas presentes en el trastorno restringen la vida social del niño, debido a constantes manifestaciones de ira, terquedad, hostilidad e insubordinación.

Todo niño y adolescente puede exhibir conductas de esta naturaleza en algún momento de su vida. Por lo tanto, el diagnóstico de ODD se realiza cuando los síntomas persisten durante más de seis meses y ocurren en diferentes ambientes.

Los síntomas del ODD suelen aparecer en la edad preescolar, aunque pueden aparecer más tarde en la adolescencia. Como se mencionó, los principales síntomas del trastorno incluyen los siguientes comportamientos:
•    agresividad;
•    irritabilidad;
•    desafía las reglas e instrucciones;
•    discute frecuentemente con los adultos;
•    desobediencia;
•    agitación;
•    molesta a otros deliberadamente;
•    culpa a terceros por sus errores;
•    puede ser cruel y vengativo.

Como vemos, las conductas presentes en el ODD perjudican las habilidades sociales de los niños y pueden hacerlos sentir mal y culpables. Por ello, es muy importante buscar ayuda de un médico, psicólogo y psicopedagogo para recibir la orientación y el tratamiento adecuado.

El tratamiento del TND tiene como objetivo modificar estas conductas que causan daño a la vida social y académica de niños y adolescentes. En la mayoría de los casos, esto se hace mediante técnicas de manejo del comportamiento y un enfoque disciplinario con refuerzo de los comportamientos deseados.

Padres y profesores pueden recibir orientación de profesionales que trabajan con niños para que sepan cómo actuar en casa y en el colegio, con el fin de ayudar al niño a modificar estas conductas.
 

Fuente: Instituto Neurosaber